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Las mamás son Magia. pero esto ya lo sabíamos. ¿O no?
Las mamás se vuelven magia en el momento en le que sostienen a su bebé en los brazos y lanzan un hechizo sobre él. Ese hechizo que hace que su comida sepa mejor que ninguna otra, que sus besos tengan poderes tan curativos que realmente sanen el dolor. (¿cómo lo hace?, me preguntaba después de cada caída.)
La única explicación que encontré fue que tenía que haber magia en alguna parte del proceso. No podía ser de otra manera. Así que investigué, analicé el «comportamiento materno», pero no pude encontrar nada fuera de lo ordinario. Mamá cocinaba, nos llevaba, nos traía, nos bañaba… Todo normal.
Avancemos hasta mi vida adulta, cuando mamá ya no está y hay más gente pequeña a mi alrededor. Mentalmente repaso el análisis mental que hice de mi madre y descubro que todo lo que daba por hecho durante tantos años tenía un gran esfuerzo a sus espaldas.
Pero no fue hasta que me pasó una cosa muy común, pero a la vez muy específica, que pude verlo con claridad.

Mi sobrina se cayó al suelo (aquí la parte común) y lloró (parte todavía más común), así que fui a abrazarla y consolarla, pero ella sólo quería irse con su madre. Y lo único que yo pensaba era:» Pero yo estoy aquí y ahora y te quiero. Déjame ayudarte». Pero no había manera. (y honestamente, mi yo de tres años tampoco hubiera aceptado otra persona que no fuera mi madre). Tan pronto como mi hermana entró en la habitación, mi sobrina se tranquilizó y, después de un abrazo de mamá osa, volvió a jugar conmigo.
Y ahí estaba. La magia.
Ese aura que tienen las madres de hacerlo todo fácil y sencillo.
Y a veces las mamás no saben que son Magia. Y los papás, bueno, ellos no tienen ni idea de lo que es la magia.
Para todas las mamás, pero en particular a la mía, gracias por la MAGIA.
Love,
Pato

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